Navajas

En 1850, don Nicolás Remus adquirió la Hacienda de Las Navajas, que junto con El Plan y Bellavista conformó un latifundio de más de 24,000 hectáreas dedicado al cultivo de caña y la producción de azúcar, melaza, piloncillo y aguardiente.

Tras su muerte en 1886, la expropiación de tierras, la obsolescencia de maquinaria y la Revolución Mexicana provocaron el desmantelamiento del complejo. En la década de 1920 pasó a manos de la familia Castellanos, quienes la conservaron como espacio de descanso hasta mediados del siglo XX.

Misión: En 2019 inició la restauración del casco de la hacienda, con el propósito de rescatar su valor histórico y retomar la tradición cañera y la destilación de aguardiente en uno de los valles azucareros más importantes del país.

Hoy, la Hacienda de Las Navajas simboliza el renacer de una tradición con más de tres siglos de historia, consolidándose como un puente entre la herencia agrícola de la región y la producción contemporánea de aguardiente de caña.