Donnafugata, que en italiano significa “mujer en fuga”, lleva consigo una historia ligada a la reina María Carolina, quien buscó refugio en las tierras donde hoy crecen sus viñedos. Con más de 160 años de tradición, la bodega ha sido impulsada por la familia Rallo, que desde los años 80 marcó un punto de innovación en la viticultura siciliana. Giacomo Rallo y Gabriella dieron inicio a una visión enfocada en la calidad y en la expresión del terroir, un legado que hoy continúa en manos de sus hijos, José y Antonio.

Misión: La filosofía de Donnafugata es clara: producir vinos que encarnen la diversidad, riqueza y autenticidad de Sicilia, siempre con un firme compromiso con la sostenibilidad. La bodega busca reflejar en cada copa el carácter mediterráneo de sus paisajes, uniendo tradición, innovación y respeto profundo por la tierra.

Viñedos principales: Contessa Entellina: colinas y llanuras donde se cultivan variedades autóctonas como Ansonica y Nero d’Avola junto con uvas internacionales.

Pantelleria: isla volcánica y Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, famosa por el Ben Ryé, vino de postre elaborado con uva Zibibbo cultivada en terrazas extremas mediante técnicas artesanales.

Sostenibilidad: implementación de un Plan de Sostenibilidad que incluye reducción de la huella de carbono, agricultura de precisión, uso de energías renovables y rescate de viñedos históricos.

Identidad de sus vinos: reconocidos por su elegancia, complejidad y personalidad mediterránea, son un fiel reflejo de la diversidad de los paisajes sicilianos.